Cada 21 días: Siempre algo que decir

9 diciembre, 2015

Te prometo escribir. Te prometo no dejar de hacerlo con asiduidad. Te prometo estar aquí para decirte cómo ha ido mi día, preguntar por el tuyo y provocarnos esas sonrisas que son el mejor techo de estrellas que cubren nuestros sueños y anhelos. Te prometo no ceder, te prometo no rendirme, no permitir que tú lo hagas. Te prometo que no me sentiré sola nunca, te prometo que confiaré y, te prometo, que, llegado el día, sabré prometerte que estaré, de algún modo u otro, pero estaré. Para ti. Para ella. Para él. Para cada uno de vosotros, vosotras, ellos y ellas. Para todos y todas, tantos y tantas.

Te prometo que me he sentido invencible, te prometo que he libado las mieles de la victoria más efímera. Te prometo que he notado el calor asfixiante en las venas de los tónicos mermadores… Te prometo que he llorado de alegría y te prometo que he reído completamente rota de infelicidad. Te prometo que he dormido con tus bendiciones en mis rezos y mil deseos de plenitud para tu mañana inmediata.

Te confieso que casi ni recordaba cuándo fue la última vez que hablé de mi… ¿enfermedad, cáncer, anomalía? Ahora recuerdo que fue en Agosto, cuando estaba con radioterapia en la cadera derecha. Recuerdo que el post se llamaba «Cada 21 días: Fuera máscaras» y que recibí un aluvión de respuestas de muchas partes del mundo dándome toda clase de ánimos y mandando las mejores de sus voluntades. Todas, todas consignadas y celadas bajo los cerrojos más amorosos de mi Alma.

Hoy vamos a hacer un resumen de estos meses, si les parece bien. La radio en la cadera terminó y yo seguía con mis perfusiones de Zometa. Es un bifosfonato. Actúa tratando las altas concentraciones de calcio en sangre, debido, casi siempre, a las metástasis óseas. Estas perfusiones me las doy durante un año entero. Empecé en Abril. Para Marzo habré terminado, creo. ¡Dios mediante!

En teoría todo iba bien. La mama no presentaba cambios de celularidad, estaba limpia en apariencia, las metástasis óseas diseminadas parecían que estaban paradas e, incluso, remitían… Pues, paz, la verdad. Mucha paz de espíritu.

En Septiembre, no obstante, los dolores en la espalda son terribles. Fortísimos. (Sí, «fortísimos»… Me cansa mucho leer «fuertísimos»; es incorrecto y cada vez lo leo con más frecuencia). Mi oncóloga, bella, humana y amable hasta límites insospechados, me manda una resonancia magnética de urgencia, una analítica de marcadores tumorales y todo lo que pilla. Los resultados llegan pronto. Como gran profesional que es, ésta es la conversación que mantenemos:

  • ¡Ay! (Mirando la pantalla del endiablado ordenador)… Uy, se ve cierta progresión en las metástasis de la columna. (Recordemos que yo pensaba que tenía únicamente en las dorsales). No me esperaba esta resonancia… (Notas su cara de preocupación pero no sólo facultativa, sino preocupación que, por corazón y empeño, ha nacido de la empatía y tiene ese punto que se aleja del aprecio humano y se acerca al Amor Humano). Te quito el tamoxifeno, te pongo otra pastilla y te voy a programar un PET…
  • Vale doctora. Yo lo que sea. Lo que sea.
  • Tranquila. ¿Tú confías en mí? Porque yo en ti, sí. Verónica, no descarto más quimioterapia. ¿Estás preparada?
  • Por supuesto. Con los ojos cerrados.

A las ocho del día siguiente estaban llamando de Oncología. Mi doctora quería verme. Nos ponemos en lo peor. Yo ya creo que me van a pautar la quimio directamente. Llegamos allí y rápido nos pasan al despacho. Sin demora.

Mi onco me dice que ha decidido cambiar todas mis pastillas de antiestrógenos, enchufarme inyecciones de antiestrógeno puro y hacer el PET sin demora por si hay más progresiones de tumores o diseminaciones.

Lógicamente le hacemos saber el alivio que sentimos porque habíamos pensado que ya empezábamos con las quimioterapias. Me dice, con gran pena en su mirada, que no la descarta y no voy desencaminada pero que, hasta el PET, no se van a tomar ese tipo de decisiones. Eso sí, ya ha pautado radioterapia en la columna y la voy a empezar cuanto antes, mejor.

Hace un par de semanas que estoy con cortisonas, lyrica y algo más por dolores neuropáticos. Lo preocupante es la información que, si bien mi oncóloga no me quiso dar completa, por razones obvias, sí he podido escuchar. Al ir a hacer la simulación de la radioterapia en la columna, la técnica me dijo que le especificara dónde me dolía más. Yo no puedo girar los brazos hacia la espalda. Los tumores de húmeros, escápulas y clavículas me impiden esos movimientos. Mi respuesta fue, creo, apropiada:

  • Donde están los tumores, supongo…
  • Ya hija mía, pero los tienes desde las cervicales hasta las lumbares, hasta el coxis…

¡Zasca!

¡Zasca!

Y aquí nos hallamos. El PET ya está hecho. El resultado es el día 15. Quizá lo podamos tener antes… ¿Miedo? Sí, mucho.

Pero te prometo que voy a estar a la altura de cualquier resultado. Porque tú lo estás.

Te prometo estar aquí para decirte cómo ha ido mi día, preguntar por el tuyo y provocarnos esas sonrisas que son el mejor techo de estrellas que cubren nuestros sueños y anhelos. Te prometo no ceder, te prometo no rendirme, no permitir que tú lo hagas.

Te lo prometo.

VVRR

Cada 21 días

Derechos registrados.

 

 

9 respuestas to “Cada 21 días: Siempre algo que decir”

  1. patricia Says:

    Qué coraje el tuyo!

    Desde el otro lado de la pantalla, el desconocido, estoy.

    Desde este otro lado, mucha fuerza y mucho amor.

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    • VVRR Says:

      Desde esta orilla, todo mi cariño y agradecimiento.
      Desde esta orilla no eres una desconocida, eres alguien que me ayuda a luchar contra el Bicho, una amiga, una cómplice en silencio, una guerrera.
      Te deseo unas felices fiestas, te deseo todo lo bueno que tú das. Te deseo todo lo que tú quieras.
      Besicos,
      VVRR.

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  2. Lola Says:

    Te deseo mucha suerte, y mucho animo. Seguro que sales victoriosa de esta nueva etapa.

    Te encontré este verano buscando información sobre el càncer de mama, y creo que eres muy fuerte y muy valiente y muy generosa por compartir tu historia. Sin saberlo ayudas a mucha gente a ver luz en los momentos duros.

    Te mando todo mi cariňo desde mi distancia.

    Y no, no dejes de escribirnos, te estaremos esperando.

    Un fuerte abrazo.

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    • VVRR Says:

      Poco a poco, paso a paso, con mucha fe, con humor incluso. Otros días gritando, sin ganas de nada pero siempre sabiendo que no nos vamos a rendir…
      Tú sí ayudas, todos lo hacen con una sonrisa, un abrazo, una bonita palabra que te hace pensar que lo vas a lograr.

      Si has buscado información sobre el cáncer de mama porque lo estás padeciendo tú o alguien de tu entorno sólo quiero decirte una cosica: VAS A GANARLE AL BICHO.
      No tengo ninguna duda. Y tú tampoco.

      Contáctame en mi correo cuando lo necesites. No dudes en escribirme. Te daré mi número. No estás sola, no lo vas a estar nunca.

      Un grandísimo abrazo.

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  3. Mónica Says:

    Cariño mío, mi niña Pez, mi niña música… yo también «…Te prometo estar aquí para decirte cómo ha ido mi día, preguntar por el tuyo y provocarnos esas sonrisas que son el mejor techo de estrellas que cubren nuestros sueños y anhelos. Te prometo no ceder, te prometo no rendirme, no permitir que tú lo hagas.

    Te lo prometo.»

    Gracias por dar tanto sentido… te quiero y te espero… y te espera una cervecita cerca del mar o

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    • VVRR Says:

      Mi preciosa… Qué de noches pienso en ti y en esa llamada que hiciste al hospital y tuvimos que cortar porque entraba la enfermera!
      ¿Sabes?
      Nos queda pendiente esa infusión, ese paseo y esa charla. Esa música y ese silencio que todo lo dice.
      Avanza el tiempo y aumentan mis ganas por presentarme de sorpresa y decirte: «Hola, he venido a darte un besico».

      Gracias a ti por darme razones, sentidos y motivos para gritarle a este monstruo que yo no me rindo porque tengo a mi lado a las mejores personas de este mundo.

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  4. Querida Granadina: el tiempo se renueva y tus días también, te deseo lo mejor para estas fiestas. Estoy siempre a tu lado, leyendo tus letras, tus palabras que ya son un clásico… Te comentó que se está gestando el la editorial mi libro: Penumbras en la oscuridad. Te abraza Vientoazul.

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  5. Marina Says:

    Empecé a leerla por casualidad hace unos meses. Cuando el dolor y la pena me embargaba y me refugiaba en palabras acogedoras.

    No han sido solo palabras…porque escribe desde el corazón. Desde los obstáculos que nos van poniendo la vida. Eso es la vida una carrera de obstáculos…hasta que alcanzamos la meta. Derrocha esperanza, fe, amor…

    Y ahora anhelo sus palabras… prometió escribir porque siempre hay algo que decir… prometió no rendirse… y la espero desde la esperanza, en días nublados y tristes, y en aquellos más brillantes y que lucen un sol abrasador.

    Mis mejores deseos desde la distancia. Aquí la seguimos esperando. Día tras día…

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    • VVRR Says:

      Mi querida Marina…
      Su comentario me ha puesto los pelos de punta, el alma en pie y las Musas alborotadas…
      Hace mucho que no escribo, que no siento esa llama en la Vena que me hacía vomitar lo malo y regalar lo bueno de mí, o en mí.
      Sin duda, mis próximas palabras serán para ti, quienquiera que seas y donde quiera que estés.
      A veces, en días perfectos, un alguien de gran corazón sabe sacudirte los cimientos más sabos del Alma.
      Un abrazo, querida Marina.

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