Hurtadora. «Ave ladrona», 2003.

25 marzo, 2015

Quizá al despertar una aurora
tras un velo de tempestad,
azotada por un vivo sueño,
te arrepentirás.

Quizá una tarde cualquiera,
disueltas vileza y ruindad,
cuando la razón te doble el alma,
te arrepentirás.

Quizá no mañana,
quizá en plenilunios,
quizá más de cien lunas
hallan de salir en el cielo
para que percibas mi duelo
por tu venganza inoportuna.

Quizá descubras con dolor
que tu puñalada fue la certera,
por ser de mano en la que confié,
que rasgándome las venas,
enterró mi buena fe.

A tí te debo desde tu ánimo doloso
mi falta de confianza en las voces
que reclaman mi cariño y calor amistoso;
a tí te debo mi aplauso jubiloso
por enseñarme la vereda de las coces,
las patadas y el redoble luctuoso.

A tí, ladrona, te deberé la gloria literaria
porque mis versos gritarán tu nombre
aun cuando muerta seas rencorosa imaginaria.

A tí, delincuente, te serán vetados
los honores de poetas y rapsodas,
te serán clausurados templos sagrados
donde moran silvas, liras y odas.

A tí plagiadora, hurtadora,
te repudiarán a salivazos,
serás vergüenza y deshonor
de tantas brillantes gestas
que libramos por la Poesía en sus brazos.

De citas la lengua me inyectas,
«Conspiras contra Dios», enlazo
sentir de Darío de Dies
con mi propio y sangrante dolor.

¡Cómo te golpeará tu propio sable
por sangre que Verso adora y respeta!
Galones penarás: Culpable.
Estigma luciré: Poeta.

© Ave Ladrona. 2003
Verónica Victoria Romero Reyes. VVRR.

luto 006

2 respuestas to “Hurtadora. «Ave ladrona», 2003.”

  1. Mónica Ibañez Fernandez De Lis Says:

    Deshonra eterna para la y el hurtador de voces y versos… deshonra para quien, a falta de lúcida capacidad, roba y miente con su estúpida y simple existencia…

    VV.RR. tú jamás podrás ser ni copiada ni plagiada… pues tus labios y tu pluma poderosa están bendecidas y son de la estirpe real del Monte Parnaso…

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    • VVRR Says:

      Tremendas palabras las que siempre me dedicas. Yo, humilde servidora del Verso, te las agradezco. Nunca he conocido persona tan leal ni noble como tú. Pena de distancia física que, a veces, me distancia de quienes me hacéis vibrar las cuerdas del Alma. Pero, tú sabes y yo sé, que más cerca no se puede estar. Gracias mi amiga, mi confidente, mi maestra. Miles de abrazos.

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