El acusatorio.
29 agosto, 2010
III. El acusatorio.
No se apuren, todo fue una ficción
a ojos vecinos, en trancas anónimas.
No se apuren, la misma absolución
no fueron palabras y sí acrónimas.
Apenas cuatro ojos pudieron ver
la alzada cruenta de los mares en erupción.
Apenas cuatro manos para tanta tierra
que quedó vertida en una triste canción.
Cuatro férulas en cuatro gemelos
y dos espaldas para sacos de obcecación.
Fue gesta en silencio, de lenguas dos,
de sollozos dos y de dos derrotas.
Ahora ven, señores, tan tarde ya,
el camino de dos almas rotas
y se preguntan si el acusatorio
fue pasado, futuro o presente
de quienes libran paso revelatorio
de reventón en cuerpo y mente.
¿Ahora, señores? ¿Ahora señoras?
¿Cuándo de la batalla quedan sólo las esporas?
Verónica Victoria Romero Reyes
La agonía tuya.
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29 agosto, 2010 a las 9:15 pm
Siempre bien Verónica, Siempre bien… y esperando que el veredicto sea favorable… hay quien por fin se lo merece…
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30 agosto, 2010 a las 5:44 am
Hola Mónica.
Esperemos con fe. Siempre.
Gracias por leerme, un abrazo grande.
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31 agosto, 2010 a las 6:53 pm
Últimamente yo me he sentido como uno de esos «dos». No puedo hablar, sólo me identifico. Gracias por dejarme verme.
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1 septiembre, 2010 a las 6:22 am
A ti, por sentir las palabras.
Un abrazo, VVRR.
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